El diputado Andrés La Blunda advirtió que la Ciudad de Buenos Aires cuenta con una de las poblaciones más envejecidas del país, donde las personas mayores representan cerca de una cuarta parte de sus habitantes, según datos oficiales. Frente a este escenario, señaló que el Estado local debe adoptar herramientas que acompañen los cambios propios de la longevidad mediante políticas orientadas a la autonomía personal, el cuidado, la prevención y la inclusión social.

Recordó además que los marcos normativos internacionales, nacionales y locales —incluidos los principios de Naciones Unidas sobre independencia, participación, dignidad y autorrealización— impulsan a los gobiernos a promover un enfoque de envejecimiento activo. Este paradigma, explicó, supera la visión asistencialista tradicional y busca fortalecer la capacidad de las personas mayores para permanecer de forma segura y accesible en sus hogares. En ese sentido, destacó que la Legislatura porteña ha respaldado iniciativas en esta línea y que la Ciudad integra la Red Mundial de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, lo que ha permitido avanzar en mejoras urbanas y en servicios destinados a este sector.

En ese marco, La Blunda subrayó que la adecuación de los baños constituye una intervención prioritaria en materia sanitaria. Indicó que los estudios epidemiológicos muestran que la mayoría de los accidentes domésticos graves que involucran a personas mayores ocurren en ese ambiente, debido a suelos resbaladizos, barreras arquitectónicas, mala iluminación y ausencia de apoyos seguros. A esto se suma que, según la Organización Mundial de la Salud, las caídas son la segunda causa de muerte por traumatismos involuntarios en mayores de 65 años y generan un importante costo médico y económico.

El legislador de Unión por la Patria recordó que el propio Gobierno porteño reconoce esta problemática y difunde recomendaciones para prevenir accidentes en baños, lo que —dijo— evidencia la necesidad de una estrategia integral que combine prevención, sensibilización y acceso a financiamiento. En ese sentido, propuso la creación de una línea de créditos accesible para obras de adaptación, destinada a sortear las barreras económicas que enfrentan muchas personas mayores al momento de realizar reformas esenciales, como reemplazar bañeras por duchas extraplanas, colocar barras de apoyo, instalar pisos antideslizantes, mejorar la iluminación o adecuar los espacios según el nivel de movilidad y dependencia. Estas intervenciones, remarcó, han demostrado reducir significativamente las caídas, evitar hospitalizaciones, favorecer la permanencia en el hogar y mejorar la calidad de vida tanto de las personas mayores como de sus cuidadores.

En línea con esta iniciativa, el proyecto presentado establece que se declare de interés, en el ámbito de la salud y el bienestar de las personas mayores, la creación de una línea de créditos del Banco Ciudad destinada específicamente a la adaptación y adecuación segura de baños en viviendas particulares donde habiten personas mayores que así lo necesiten. El objetivo —señala la propuesta— es promover la accesibilidad, la autonomía y la prevención de accidentes en el hogar.

Finalmente, La Blunda destacó que la Carta Orgánica del Banco Ciudad habilita a la entidad a promover líneas crediticias dirigidas a actividades de interés social y comunitario, lo que —consideró— hace viable la implementación de una política financiera con tasas preferenciales, plazos adecuados y supervisión técnica que garantice el uso correcto de los fondos.