Frente a una nueva postergación del dictamen del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales sobre el futuro del Puente Ciudad de la Paz, los vecinos volvieron a manifestarse con concentraciones este fin de semana y ahora están recolectando firmas, en defensa del centenario puente Ciudad de la Paz, situado en el barrio de Palermo y que une este barrio con Colegiales y Belgrano, con un mensaje al organismo que debe decidir la cuestión.

La consigna es “adhiero a la carta de solicitud al CAAP para proteger nuestro patrimonio histórico urbano, manteniendo la catalogación del puente”, ingresando nombre y DNI, todo a través del enlace https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfptQYHiYRaswcMzQ0sllgFhC4GNB6Lw6HHt7NMdOspGfUfkw/viewform

Ya posicionados en lo que se espera ocurra el próximo martes 19 de agosto, el petitorio se dirige a quienes integran el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales, comentando que se vienen manifestando diferentes organizaciones vecinales, patrimonialistas y vecinos, “en contra de la pretensión del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires -a través de Autopistas Urbanas S.A. (AUSA)- de demolerlo y reemplazarlo por uno de nuevo diseño”. 

Si no se da una nueva postergación, este martes el CAAP deberá resolver “si el puente se demuele, o se conserva como bien patrimonial para las actuales y futuras generaciones”, por lo cual les solicitan a sus integrantes que “cumplan con su función primordial de defender el patrimonio urbano, y no cedan a las presiones del gobierno porteño que impulsa la desaparición del puente histórico”.

Dejando claramente mencionado que tienen conocimiento que “AUSA se ha estado reuniendo con miembros del CAAP, funcionarios de cultura y planeamiento y legisladores, para convencerlos de la necesidad de reemplazar este puente, basándose en un informe técnico generado en el 2022 por los Ing. Tomás del Carril y Javier Fazio”, en el que -si bien presentaban algunos cuestionamientos a la situación estructural del puente- dejaban claramente expresado que el mismo tiene valor histórico, por lo que planteaban una solución constructiva para resolver el problema del tránsito, sin alterar el puente existente”, arreglos que se supone quedaron resueltos a partir de los trabajos realizados, con un costo millonario, dando lugar a su reapertura con la presencia del propio Jorge Macri.

Profesionales que antes de esta reparación, el 29 de julio de 2024, informaban a las autoridades comunales de Palermo, que “la estructura es susceptible de ser rehabilitada”, y que se ha contratado a “un profesional especialista en reparación y rehabilitación de puentes metálicos”.

Afirmando, además, que “la propuesta de la reparación del puente no solo resultaría más económica que la construcción de una nueva estructura, sino que también podría ejecutarse en un plazo considerablemente menor”, quedando debidamente expuesto en un expediente oficial.

Vecinos y vecinas que le recuerdan al CAAP que “este puente está en pleno funcionamiento desde abril pasado, cuando fue reabierto luego de permanecer cerrado dos años, lapso en el que AUSA realizó tareas de refuerzo y mantenimiento, lo cual demuestra -entre otras cuestiones- que el hierro empleado en su construcción es soldable”, exponiendo la incongruencia del planteo de AUSA, remarcando que la propia conclusión lleva a entender que “se trata de una estructura habilitada para el tránsito liviano, ambulancias y autobombas, tal como lo refiere un informe técnico con el que cuenta el EMUI (Ente de Mantenimiento Urbano Integral, GCABA)”.

Una intencionalidad, la de AUSA, que es puesta en duda por quienes se niegan al cambio de la estructura, no logrando comprender, lo remarca el petitorio, los motivos por los cuales “AUSA evitó mostrarle al CAAP el citado informe del Director General de Ingeniería y Arquitectura”, asegurando que “lo sustituyó engañosamente por un PowerPoint con fotos viejas de la estructura, tomadas con anterioridad a su restauración y rehabilitación”, algo que no reconocen como un descuido, ya que mencionan, del lado de AUSA, “el propósito de convencer a los miembros que votaran su descatalogación”, dando lugar a que esto pueda ser tomado como una maniobra de engaño, ya que el mencionado “PowerPoint no presenta los estudios técnicos que justifiquen la demolición, tampoco propone la opción de rehabilitación y conservación”, diciendo que menciona “tan solo, que hay que demolerlo porque es viejo".

Ponen en consideración de quienes integran la CAAP que el pasado 11 de agosto, durante un encuentro del que participaron legisladores de la Ciudad, “el presidente de AUSA manifestó que la empresa estaba cumpliendo con el mandato recibido de la instancia política superior de demoler el puente y hacer uno nuevo”, aludiendo al propio Gobierno porteño, cuestión que daría sentido a que AUSA llamara a licitación para demoler el puente mucho antes de convocar al CAAP para su descatalogación, como se expone en el petitorio, “lo cual sugiere que tenía asegurado de antemano la baja del bien del listado de bienes patrimoniales, o eso creyó”, según entienden los vecinos.

De contradicciones venimos a contradicciones vamos, si se tiene en cuenta que el propio Gobierno manifestó “la decisión de conservar y rehabilitar el puente” que “ahora pretende demolerlo”, según se desprende del documento fechado el pasado 7 de octubre, cuando el Ministro de Infraestructura de la Ciudad, Pablo Bereciartúa, diera conformidad a la Resolución 558, por la que encomendó a AUSA “la ejecución de las tareas que considere convenientes para la rehabilitación del Puente Ciudad de la Paz”, cuestión que quedó saldada con la reinauguración de la estructura el 31 de marzo de este año, como se dijo, con la presencia del propio Jorge Macri.

Los vecinos lo recuerdan, en el petitorio lo manifiestan, al dar cuenta de las palabras del jefe de Gobierno, quien dijo: “escuchamos un reclamo de años de los vecinos: un puente cerrado que muchos decían que no se podía reparar. Hemos cumplido con las obras”.

Recordando que esto está dirigido a quienes integran el CAAP, exponen que es “inexplicable (este) cambio de opinión”, aunque relacionan esta trasformación a la decisión de colocar una nueva estructura “con el propósito de que transiten vehículos de gran porte, especialmente los camiones recolectores de residuos del CEAMSE, que hoy tienen otras opciones mucho más consistentes para llegar hasta la planta de tratamiento”.

Una carta bajo la manga que oficialmente nadie quiere reconocer, ni AUSA ni el propio Gobierno, por lo cual los vecinos se plantan en la necesidad de “recordarles que la misión sustantiva del  CAAP es la de  ponderar los valores del bien”, dando por sentado lo que todos saben, que “el puente de Ciudad de La Paz tiene valores históricos, paisajísticos, económicos, sociales, identitarios, los que oportunamente fueron considerados en la sesión del 25 de octubre de 2016, en la que se acordó la propuesta de catalogación con Protección Ambiental, valores que se mantienen hasta el momento”.

Por lo cual, “el debate técnico tiene que darse en una mesa de la que participen los ingenieros que hicieron los informes técnicos, los funcionarios del gobierno de la Ciudad, especialistas en patrimonio urbano y los vecinos, para encontrar las mejores soluciones para rehabilitar el puente, satisfaciendo al mismo tiempo las cuestiones ligadas a la seguridad”.

Casi como mostrándole el camino al CAAP, le señalan al organismo que “tiene la responsabilidad de actuar con la prudencia que el caso exige, concentrando sus esfuerzos en ratificar la protección del puente, y solicitarle a AUSA y al Gobierno de la Ciudad que implemente las buenas prácticas tendientes a su rehabilitación y las recomendaciones internacionales para este tipo de operaciones”.

Lejos de una puja de poderes, piden que se trabaja en base a “las técnicas, los criterios, los materiales y profesionales entrenados”, pensando en mejorar “su
estructura, y mejorar el alumbrado público, la seguridad del tránsito y la accesibilidad, respetando, a la vez, este bien histórico que es de todos los
vecinos de la ciudad”.

Si esto no se logra, si no se respeta la normativa, si se demuele el puente, “el puente histórico se pierde para siempre, y con él, la memoria, el recuerdo y la identidad del barrio de Palermo, el que se verá afectado, además, por la habilitación de la circulación de vehículos de gran porte en una zona tranquila de la ciudad, cuyo trazado no lo soporta”.

Finalizan diciendo que, por todo esto, “vecinos y especialistas en patrimonio hemos realizado numerosas actividades para visibilizar nuestro reclamo, incluso en el propio puente (la última, el sábado 9 de agosto), que tuvieron amplia repercusión en los medios de comunicación”, cuestiones que esperan sirvan de base para que el CAAP cumpla “con su función primordial de proteger nuestro patrimonio histórico urbano, manteniendo la catalogación del puente Ciudad de la Paz”.