En virtud de denuncias realizadas en la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), su titular Blas Matías Michienzi, delegó tareas investigativas preliminares en la División Delitos Ambientales de la Policía de la Ciudad, que pudo establecer que en el lugar se encontraba un perro en estado de desnutrición y en condiciones deplorables de salud, higiene y hábitat.
Frente al maltrato animal y a la omisión de cuidado hacia el ser sintiente, el fiscal solicitó una orden de allanamiento, la cual fue concedida por la jueza Natalia Ohman, titular del Juzgado PCyF 17, con el propósito de poner fin al estado de precariedad del animal y desmantelar la grave situación generada por su hacinamiento.
El procedimiento se llevó a cabo de manera coordinada con el personal de la División Delitos Ambientales y de la División Perros de la Policía de la Ciudad, así como también con la colaboración de la Dirección General de Gestión Animal del GCBA y sus médicos veterinarios.
Durante el allanamiento, se verificó que el perro se encontraba abandonado en un espacio donde convivía con su materia fecal, sin que nadie atendiera sus necesidades. Los veterinarios verificaron que el animal estaba en un estado general deficiente y presentaba un cuadro de alopecia generalizada en diversas áreas de su cuerpo. Además, se constató que sus condiciones de higiene y habitabilidad eran inadecuadas, evidenciando la desatención respecto del mismo.
Frente a tales hechos, la UFEMA dispuso el secuestro del ser sintiente canino y ordenó su traslado a una ONG especializada en protección y defensa animal, donde será estabilizado y recibirá la atención veterinaria necesaria.











